lunes, 17 de agosto de 2009

LA BUENA SUERTE

Lo que sigue es un resumen sobre una entrevista efectuada por HSM a Alex Rovira (escritor de temas vinculados al self-management) vinculada con su libro “La buena suerte”. Rovira distingue inmediatamente la diferencia entre la suerte y la buena suerte. La suerte es el resultado del azar mientras que la buena suerte es el resultado de su propia construcción, lo cual, en algunos pero muy pocos casos, puede haberse iniciado con la suerte. Pero la suerte por si misma no puede prosperar, hay que “gestionarla”. Mucha gente ha ganado cifras importantes en juegos de azar, sin embargo, no estaban preparados para que esa suerte pudiera ser convertida en “buena suerte”.

En ese sentido hace mención a 7 poderes (juzgo que como lineamiento general y enunciativo) que serán guía para el liderazgo de alto rendimiento y destacando que son algunas herramientas para manejarse a uno mismo y así poder lograr altos estándares de liderazgo. “Uno sólo puede ser un buen líder para los demás si es un líder para sí mismo”. “Esa es la clave”, aseguró.

Para esto, propuso “Los Siete Poderes”, que serán la guía para el liderazgo de alto rendimiento:

Nota: Si bien lo escrito en este documento respeta el contenido de la charla, incluye algunas observaciones propias.

Coraje:
El coraje es cambiar. Es la conciencia mediante la cual uno se esfuerza y toma valor para concretar algo.

• Responsabilidad:
“Debemos ser responsables de nuestra propia suerte. Ser parte del problema y de la solución”.
Es la respuesta a lo que te sucede, particularmente frente a situaciones de crisis. Es no estar buscando responsables. Mejor preguntarse, cuando algo bueno o malo ha sucedido, ¿En qué medida he contribuido a generar esta situación? Por lo general cuando algo ha salido mal se tiende a responsabilizar a los otros en lugar de hacerme cargo de lo que me corresponde. Es un terreno complejo pues a veces el no estar ampliamente preparado nos impide ver la cantidad de omisiones que se han efectuado cuando de un fracaso se trata, y esto tiene mucho que ver con lo comunicacional. Cuán claro he sido, cuán claro he dado las coordenadas, cuán claro he efectuado los pedidos.

• Propósito:
“Es la voluntad y entrega para que un sueño se haga realidad”.
Tiene que ver mas con la visión compartida. Hay que saber a dónde queremos ir para que el Universo conspire a mi y nuestro favor. Sin visión no puede haber construcción de un proyecto y para ello tenemos que involucrar al equipo para que en forma individual y conjunta voluntariamente se sumen al proyecto. Las creencias crean realidades.

• Humildad:
Es necesario saber comprender todos los puntos de vista y a todas las opiniones, por más desacertadas que sean. Esto lo resaltará como líder de manera positiva.
Dejar a un costado las vanidades. Siempre mantener “hambre” por lograr nuevas cosas. Esa “hambre” puede darse en cualquier tema de nuestras vidas, no necesariamente ligado a negocios o proyectos. Puedo tener hambre de amor, espiritualidad, compartir, etc. En término de proyectos, con esta “hambre” líder y equipo se pueden ver identificados. Algo así como mantener la sensación de falta. Hay que manejar muy bien el para qué, con el objeto de renunciar a lo accesorio y enfocarme en lo esencial.

• Confianza:
Es muy difícil construirla y muy fácil romperla. Vale la pena confiar en sí mismos para romper problemas y cruzar las barreras. Con confianza hay compromiso y responsabilidad. Aquellas empresas que tienen un alto nivel de confianza, triplican sus resultados. La confianza se aprende tanto como la resignación.

• Amor:
El amor moviliza a las personas que motivan a quienes los rodean.
Pero amor sólo no sirve. Tiene que ser amor inteligente (distinto al manipulador). Se tiene que tener la actitud para vencer al drama y para ello se necesita tener algo que te impulsa a transformar la realidad. En un equipo, yo como líder, tengo que ver cuál es el mejor catalizador de energía. O sea aquello necesario para que funcione el equipo sabiendo que cada miembro en forma independiente necesita algo diferente.

• Cooperación:
Es la interacción de los demás poderes.
Hay también que generar circunstancias y mecanismos para que las ideas puedan fluir en la organización. Energía puesta a situaciones “imposibles”


Conceptos complementarios

-La trampa es que la comprensión racional de estos principios no aseguran el éxito, deben sentirse en el corazón. Por ello y desde muy temprana edad habría que educar a chicos y jóvenes en el hacer y no tanto en el comprender.

La buena suerte no es tal sino se comparte, es algo como una ley natural. En la práctica sucede así pero no siempre se lo tiene tan claro. El chiste es que todos podamos crecer.

-Estamos transitando hacia la edad de la conciencia y por lo tanto es un tema que hay que ir articulando tanto en personas como organizaciones en su conjunto, a partir de entender que los procesos psicológicos tendrán mayor peso en la evolución de la economía.

-El hombre ha transitado por varias Eras que marcaron el perfil de la economía y crecimiento humano. Así supimos en unos casos y vivimos en otros, sobre la Era de la piedra, del fuego, agricultura, la rueda, mucho después la industrial, tecnológica y ahora estamos progresivamente avanzando en la Era de la conciencia.

-Es importante diferenciar entre perseverancia y obcecación. Esto se menciona para entender que cuando una empresa se funde o un político deja de tener influencia es que no ha sabido escuchar, entendiendo por escuchar no sólo con los oídos sino con todos los sentidos.

-Hay que tener mucho cuidado con la vanidad. No es cuestión de pensar que lo que yo ofrezco (como producto o servicio) es bueno porque yo lo digo. Esto se convalida cuando el consumidor decide consumirlo.

-La psicología crea la realidad. En una empresa, cuanto mejor control tengo sobre lo que hago y no hago, tengo mayores posibilidades de obtener éxito en mi objetivo, lo cual se contrasta con aquellos que deciden al azar o tirando tiros al aire.

-La buena suerte dependerá de cómo se aprovechen las oportunidades que se le presente a cada individuo, esas oportunidades que tal vez sean producto del azar. Así, la Buena Suerte será el producto entre la preparación y el azar que, en definitiva, dependerá de uno mismo.

-Sobre el liderazgo, Rovira destacó la importancia de saber gestionarse a sí mismo para luego poder conducir a otras personas. En sus propias palabras, “es fácil saber si alguien es un buen líder observando simplemente el talante y los talentos de las personas que le rodean”. Líder será aquel que sepa escuchar y dar sentido, el que logre que los demás manifiesten sus propios e individuales talentos. El líder debe poseer los poderes mencionados por el experto, es decir ser humilde, saber escuchar al otro, cooperar y, por sobre todas las cosas, tener confianza en sí mismo. Quien ostente esas virtudes sabrá tratar -liderar- a su grupo si se dirige a ellos según la personalidad de cada uno.

“Lo importante es intentar liderar la propia vida con dignidad, con coherencia, con ética, con compromiso, con rigor y con amor. El resto -dijo Rovira- viene por añadidura. Un buen jefe sólo puede serlo para los demás cuando lo es para sí mismo. Esa es la clave del liderazgo”, aseguró.

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