lunes, 16 de noviembre de 2009

EL GOLF Y LA VIDA

COMPLETANDO METAS PARA CUMPLIR OBJETIVOS

UNAS PALABRAS INTRODUCTORIAS

En el 2004 también para la maestría de coaching tuvimos que preparar un trabajo para el congreso de coaching que nosotros mismos organizamos. Cada uno podía elegir el tema siempre que fuera tratado desde la mirada del coach o sea desde lo posible y no desde la certeza. Para ello me base en el libro "Mi Mejor Swing" de Gay Hendricks. Dos cosas me apasionaban, una el golf, mi deporte de toda la vida y la otra las maravillosas enseñanzas de Gay. Es un trabajo largo el que había preparado pero si te animás a leerlo, te aseguro que dificilmente te arrepientas y hasta me animaría a decirte que al igual que a mi, Gay te enseñara cosas maravillosas que hacen a tu vida personal y profesional

TEMARIO

1) UNA INTRODUCCION AL MUNDO DEL GOLF

Por qué el golf puede enseñarnos sobre la vida

2) INTRODUCCION A LOS TRES “GRANDES SECRETOS”

3) LOS TRES “GRANDES SECRETOS”

-Completar

-Liviandad

-Somos nosotros quienes le damos acción y significado a las cosas

4) CONCLUSION


1. UNA INTRODUCCION AL MUNDO DEL GOLF

El Golf para mi es un deporte apasionante. Se que muchos de Ustedes podrán estar preguntándose por qué este hombre tiene que hacer referencia al golf como eje de su charla cuando para mi el golf ni siquiera es un deporte y me parece la cosa más aburrida que he visto.

No es mi intención hacerte cambiar de opinión pero si contarte algunas cosas que he descubierto en el golf ya hace mucho tiempo que llamaron mi atención respecto al parecido que este tenía con la vida misma. Después de haber estado practicando este deporte por más de 40 años hace sólo muy poco tiempo que encontré a alguien que pudo explicarme de una forma más precisa todo eso que yo veía tenía el golf en común con la vida y el desarrollo humano.

Hoy he asumido el compromiso y responsabilidad, lo cual para mi es un placer, de compartir esas enseñanzas esperando que las mismas puedan hacer en cada uno de Uds. una diferencia.

Antes de empezar quiero compartir en una forma muy simple en qué consiste el golf pues sólo con esos elementos que les comentaré será suficiente para que puedan apreciar por qué el golf puede enseñarnos mucho de la vida y de la forma en cómo encaramos cada uno nuestro “mundo”, lo que eventualmente podría contribuir a explicar sobre nuestra performance.

El golf es un deporte para el cual se cuentan con varias “herramientas” conocidas como palos. Son muchos los palos que se usan pues están diseñados para alcanzar distintas distancias y alturas. Estos palos son utilizados alternadamente para empujar una pelotita desde un lugar conocido como salida del hoyo hasta llegar a un agujero marcado por una bandera ubicado en un muy bonito lugar verde conocido como green.

El objetivo es recorrer esa distancia en la menor cantidad de golpes posibles. Este proceso se repite en 18 oportunidades. A cada proceso se le llama hoyo por lo tanto tenemos 18 hoyos a recorrer buscando hacer la menor cantidad de golpes en cada uno de ellos pues la suma simple de cada uno de ellos hace al resultado final. Cuanto más bajo mejor.

Todo esto se desarrolla en escenarios magníficos donde la naturaleza no deja de mostrarnos sus bellezas como ser los árboles, extensiones enormes de parque prolijamente cuidado, la mezcla del verde con el celeste del cielo y viendo volar una pelotita blanca, todo ello es francamente emocionante. Si a esto le agregamos estar acompañados por personas a quienes queremos y apreciamos, la actividad se convierte en un placer absoluto. Además, cada hoyo es distinto, cada cancha es distinta por lo tanto el golf como ningún otro deporte permite tener acceso a tan variados escenarios.

Espero que esta explicación te haya servido como introductoria pero ahora debemos pasar a lo importante, ¿Qué es lo que nos enseña el golf?

Pegarle a esa pelotita que parece muy fácil presenta ciertamente algunas complicaciones, como coordinación, estimación de distancias, caídas, viento en algunos casos, así como diferentes obstáculos. En el golf hay que estar decidiendo constantemente sobre diferentes variables aunque lo más difícil es tener la adecuada recurrencia en lo que se denomina el swing.

El golf es el único deporte en el que uno toma decisiones a partir de una posición totalmente estática. Cualquier deporte que queramos analizar nos permitirá ver que nuestra acción es resultado de otras acciones. En el tenis alguien me tira la pelota, en el fútbol alguien me pasa la pelota o me la trata de sacar, en el fútbol americano puede que ni siquiera tenga la pelota y ya me están impidiendo moverme.

¿Qué nos marca este proceso? Que en el golf, todo lo que hace al juego depende exclusivamente de mí. ¿Tendrá esto alguna relación con la vida?

Pues esto es lo que trataremos de explicar haciendo en forma permanente un paralelo entre el golf y la vida y sobre todo utilizando al golf como una buena metáfora para acercar unos conceptos que eventualmente puedan ayudar a mejorar algunos aspectos que hacen a la excelencia.

2. INTRODUCCION A LOS TRES GRANDES “SECRETOS”

Introducción

El golf nos proporciona dos regalos en uno: discernimiento y trascendencia. Mientras recorremos el campo de golf revelamos, aunque no lo queramos, quiénes somos.

Concepto newtoniano

Es indudable que en el golf como en la vida la teoría newtoniana (ley de la gravedad – principio de acción y reacción automática) tiene importante incidencia. Sin embargo, nadie gana ni en el golf ni en la vida como resultado de la aplicación de lo teoría newtoniana. Sigue hoy teniendo vigencia pues finalmente en el mundo del golf quienes fabrican palos con nueva tecnología para lograr mayores distancias están precisamente trabajando con esos principios. El problema con esta visión es que la mayoría de las veces ni siquiera nos acercamos al golpe perfecto, ni a tener una vida perfecta ni a manejar un negocio perfecto. Si nos quedáramos sólo con este concepto newtoniano es probable que caigamos constantemente en la brecha que existe entre lo ideal y lo constatable.

Altos estándares vs. Expectativas fijas

Si acudiéramos a nuestro habitual trabajo con esta concepción, es altamente probable que tengamos un mal día. Si bien es importante operar con altos estándares para conseguir lo mejor de cada uno y de los demás, conviene sin embargo poder diferenciar y tener presente que altos estándares y expectativas fijas son algo distinto. Todo indicaría que las expectativas fijas surgen del miedo a equivocarse, mientras que los altos estándares surgen de la visión y el compromiso.

Las personas con altos estándares suelen ser aquellas que tienen una visión de lo posible y un compromiso sostenido de convertir esa visión en realidad.

En cada circunstancia o en cada acontecimiento existe la posibilidad de un aprendizaje enriquecedor y la de realizar un adelanto innovador, pero esta posibilidad puede florecer en cuestiones tangibles sólo si la liberamos de expectativas fijas. En otras palabras, la vida sólo tiende a funcionar bien si podemos ir más allá del temor a movernos.

Concepto einsteiniano

Cuando estamos gobernados por expectativas fijas, es altamente probable que quedemos limitados a tener que aplicar soluciones del pasado a problemas del presente.

Como contraposición, o complemento al planteo newtoniano, contamos con el planteo einsteiniano (teoría de la relatividad) que tanto en el golf como en la vida puede darnos la ventaja de permitirnos disfrutar de un excelente día de golf, de un excelente momento en el trabajo como en los negocios.

Sin embargo, si la mirada newtoniana parece muy rígida, la einsteiniana podría tildarse de demasiado relativa. En forma simple este último principio marca que la realidad es una cuestión relativa que hace al observador que cada uno es, así como a las circunstancias. Otro significativo aporte apunta a que, como somos en el universo afecta a como experimentamos la realidad.

Por cada acción hay una reacción opuesta equivalente, dice Newton, y es tentador ver el mundo en términos tan simples. Es una tentación fatal porque esa no es la forma en la que las cosas funcionan.

Una tercera vía

Lo nuevo que traemos hoy es que algunos pensadores contemporáneos empiezan a plantear una tercera vía, la que complementándose con las 2 anteriores podría hacernos lograr algunas cosas “milagrosas”.

Los primeros 2 “secretos” que vamos a presentar se alinean a grandes rasgos con el modelo newtoniano y einstieniano, mientras que el tercer secreto intenta trasladarnos a un mundo infinitamente práctico.

La tercera vía trata de las relaciones.

- De las relaciones “con la bola de golf” y/o con las muchas cosas que nos pasan.

- De nuestras relaciones con el universo que nos rodea, incluyendo a nuestros compañeros de viaje. Y de muchas otras cosas.

Puede que el hecho que nuestros “golpes” sean buenos o malos sea sólo un concepto que hemos inventado para privarnos de disfrutar todo el tiempo. Si estamos suficientemente abiertos al aprendizaje, podríamos aprender tanto de cada tiro de golf, como de cada momento de la vida. En los negocios podemos aprender algo de cada trato que hagamos.

Bajo esta mirada, el flujo de las relaciones repercute en nosotros más que ninguna otra cosa.

3. "LOS TRES GRANDES SECRETOS"

Primer Secreto - COMPLETAR

Los grandes golfistas así como los grandes hombres de negocios, o personas efectivas, tienden a mostrar destacada y total atención a lo que consideran más importante hasta que saben que se ha realizado. Sólo después de ello ponen su atención en la próxima cuestión que sea importante.

Por ello el primer secreto sugiere:

Concentra la atención en el proceso esencial hasta que esté terminado. Concluye el trabajo antes de ponerte a pensar en el resultado. El secreto dice: asegúrate haber completado un paso antes de moverte hacia el siguiente. Es algo como descomponer un objetivo en distintas metas todas las cuales deben ser cumplidas con eficiencia para lograr el objetivo.

El primer secreto te invita a:

Completar aquello que más necesita ser realizado antes de proseguir con otro asunto o eventualmente la siguiente meta. Finalizar un proceso esencial antes de continuar con el siguiente proceso esencial. El proceso esencial es aquel que necesita ser completado.

Vayamos por un momento al golf. En el golf este primer secreto puede ayudarnos a curar uno de los mayores problemas y es el de distraer mi atención antes de haberle pegado a la pelota. Hasta que no le haya pegado a la pelota no debería haber otra cosa más importante. El momento posterior a haberle pegado es un estado en el que ya no puedo hacer nada y por lo tanto no debería considerarlo mi problema. Esa pelota irá a donde tenga que ir y yo no tengo control de ella.

En los negocios tengo que dominar la habilidad de concluir las acciones esenciales.

Y en especial concentrarme en completar lo esencial antes de pensar en los resultados.

Dos poderosas preguntas que podríamos hacernos para chequear mi proceso serían:

¿He completado impecablemente la tarea esencial que tenía que realizar?

¿He hecho todo lo que podía hacer para completar impecablemente la tarea antes de continuar con la siguiente tarea?

Pongamos una situación: ¿Qué nos pasa en el mundo de los negocios cuando los acuerdos provienen de conversaciones incompletas, ambiguas, acuerdos incumplidos? Podrían acaso generarse algunas dificultades, o eventualmente pérdidas económicas, materiales, humanas. ¿Juzgas que en un importante número de casos nuestras dificultades estén fuertemente influenciadas por la falta de compleción?

Si un acuerdo no es claro para todos, es altamente probable que sea porque ha sido comunicado de forma incompleta.

En nuestras relaciones con otros, el estado de compleción se da cuando hemos dicho lo esencial que necesitaba ser dicho. En una conversación pueden existir muchos asuntos para discutir pero si hay uno, sólo uno esencial que no ha sido abordado, es altamente probable que haya un fallo de compleción y esa “pequeña” omisión ser causa de muchos problemas o infelicidad.

El estado de compleción se materializa cuando se hacen bien los acuerdos que uno ha alcanzado. ¿Cuánta energía traducida en tristeza, negocios fallidos, relaciones fallidas, etc. se desperdician a causa de acuerdos descuidados o rotos?

Es entonces probable que por la no compleción muchas veces, por no decir sistemáticamente, recurrimos a nuestros juicios para achacarle a otras circunstancias los motivos de nuestros fracasos.

Complementariamente es probable que no experimentemos muchas satisfacciones del simple hecho de tener excusas y seguramente será poco comparable con la alegría que nos genera el éxito.

Por lo tanto puede que convenga “anclar” la idea de concentrar la atención en el proceso inicial hasta que este esté concluido. Dicho de otra forma, concluir el trabajo antes de ponerme a pensar en el resultado.

Este primer secreto podría ayudarme a corregir el hábito que algunos tenemos de dejar que nuestra atención se distraiga de las misiones esenciales antes de completarlas.

Recordemos entonces que el proceso esencial es siempre uno, el que necesita ser hecho, el que es indispensable, su cumplimiento es condición previa para poder seguir con el siguiente proceso el cual a partir de ese momento se convierte en el esencial.

Para nuestra actividad laboral, de negocios o distintos temas que hacen a nuestras vidas, la sugerencia es la de completar lo esencial antes de especular con los resultados.

Para ayudarnos en este proceso podríamos hacernos algunas preguntas. ¿He completado impecablemente la tarea que tenía que realizar? o ¿He hecho todo lo que podía para completar impecablemente la tarea antes de continuar con la siguiente tarea? Si la respuesta fuera sí, el resultado es altamente probable que sea bueno y cuando eventualmente este no lo sea al menos sabré que he hecho todo lo que he podido.

Como en general los resultados de nuestras acciones raramente puedan ser controlados, pareciera que lo que mejor podríamos hacer es ejecutar nuestra parte del “juego” de la forma más impecable que podamos.

En el golf esta sugerencia se traduciría en: “mira la pelota hasta que ya no esté”. Y recién luego de haber constatado que eso ha sucedido es que paso a la siguiente meta.

La siguiente meta en el golf luego de haber pegado completando, es ver dónde está la pelota, fíjense que el cómo nos sentimos acerca de a dónde fue la pelota todavía no es lo esencial.

El primer error fundamental en el golf es mirar adónde fue la pelota sin haberle terminado de pegar. Comúnmente levantar la cabeza antes de haber pegado. En nuestras vidas el paralelo sería no terminar totalmente una cosa antes de comenzar otra, o prestar atención a los resultados.

¿Cuántas veces dejamos conversaciones sin terminar, actividades sin terminar, proyectos sin terminar, etc.? ¿Cuántas veces estamos haciendo una cosa y estamos pensando en otra?

Es interesante ver como nuestras expectativas pueden eventualmente convertirse en nuestro principal obstáculo, algo que puede suceder tanto en el golfista como en el hombre de negocios. Priorizar esas expectativas es lo que finalmente a veces nos saca fuera del foco que es la meta. El problema es que estas suelen pasarnos en transparencia.

Expectativas vs. Visualización

Dado que el lenguaje no es inocente, puede que convenga agregar para evitar confundamos con la terminología, que hay una importante diferencia entre expectativas y visualización. Las primeras por lo general son inconcientes y están basadas en el pasado y con una fuerte raíz en el miedo a fracasar. Esto es muy diferente a una visualización conciente acerca de cómo quiero que salga el golpe o adonde quiero que vaya la pelota. A pesar de esta diferencia, pareciera que a veces puede que convenga ni siquiera manejarnos con una visualización pues esta podría estar distrayendo mi concentración de la meta. Pero esto es algo que cada uno tendrá que evaluar cómo le funciona mejor.

Algunos síntomas

Son muchas las veces que las dificultades surgen de la falta de compleción. Las preocupaciones son por lo general un síntoma directo de cosas incompletas.

Pongamos como caso el hecho de hacerle frente a algo que nos preocupa o tenemos que enfrentar. ¿Qué sucede con nuestros sentimientos, nuestro humor, nuestras conversaciones? ¿Cómo nos vamos cargando cuando no abordamos algo que la mente y el cuerpo nos dicen que hagamos pero no accionamos? Es en general altamente probable que cuanto más posterguemos completar logremos generar mayor irritación, pérdida de autoestima, problemas con otras personas y eventualmente enfermedad. ¿Conocen a alguien que alguna vez se haya enfermado por la bronca que traía adentro?

La energía

Todo indicaría que la energía tiene directa relación con la compleción y es nuestro cuerpo y mente quienes intentan, a veces infructuosamente, avisarnos sobre algo que está funcionando mal y “chupa” mi energía. Ver las cosas de esta forma nos permitiría inferir que completar deja de ser solo una cuestión de calidad de compromiso y responsabilidad, sino que podría ser una causal de pérdida de energía, algo que se nos presenta de muy distintas formas. Es altamente probable que en la medida que tenga muchas cosas incompletas perciba una ausencia de energía. Por lo contrario, cuando completo, la sensación es de liberar energía y como esta energía es creativa es altamente probable que esa liberación me permita usar esa energía para muchas otras cosas.

Cuando tenemos miedo de hablar de lo que realmente es importante, tendemos a ocultar la inquietud por las cosas no terminadas con conversaciones o actividades triviales. ¿Cuántas veces esto pasa en la pareja, los hijos, amigos, compañeros de trabajo, etc.?

Momento de decisión – Fijando prioridades

¿Cómo podríamos determinar cuál es la acción esencial que debemos seguir en un determinado momento? La sugerencia es dar prioridad al “proyecto” de más alta prioridad para la compleción.

Por ejemplo, en este momento estamos en este recinto intercambiando información. Estamos todos atentos a lo que se dice buscando ver que hay de bueno para cada uno de nosotros. Sin embargo, si de repente surgiera un incendio en la sala, el proyecto esencial pasa a ser “salvar la vida” por lo tanto abandono lo que estaba haciendo y paso a accionar en otro ámbito.

Este es un caso extremo, sin embargo, muchos de los problemas reales de la vida sin compleción nos pasan en transparencia aunque es probable que si nos diéramos tiempo para escucharnos, pudiéramos darnos cuenta que nuestro cuerpo los está “gritando”

Retomando el rumbo

Cuando este tipo de crisis aparecen es natural que dejemos incompleta la tarea por el asunto apremiante. Ahora bien, cuando hemos superado el trance ¿Volvemos a completar la tarea anterior?

Que bueno sería que pongamos regularmente atención en no permitir que las crisis se conviertan en una excelente excusa para nunca completar las cosas en las que estaba trabajando antes de que la crisis ocurriera.

Dentro de la química humana, las crisis tienen una carga de adrenalina y la adrenalina en algunos casos puede ser una droga adictiva. Es así que hay personas que fácilmente se vuelven adictas a la solución de crisis secretando adrenalina por lo que se convierte necesario se sigan produciendo nuevas crisis como una forma de seguir sintiéndose “vivo”. Otra forma son aquellos juicios que me dejan sin poder.

No puedo terminar mis estudios porque me trasladaron

No puedo seguir trabajando porque tuve un bebé

No puedo ir al médico porque se descompuso el auto.

Por lo general a la mayoría de las situaciones a las que llamamos crisis en realidad no lo son. Son sólo cosas que necesitan ser hechas y muchas de ellas puede que sean sólo cosas que no quiero hacer. Mi nivel de resistencia a hacerlas es la que probablemente haga que la convierta en una crisis.

Relación entre éxito y compleción

Si bien el éxito es una subjetividad, pues cada uno tiene su propia interpretación de lo que entiende por resultados, hay sin embargo una condición para que éste se cumpla y esto tiene que ver con hacer lo que me estoy comprometiendo a hacer lo que se vincula con la compleción. Puede que haya muchas elementos o factores que hagan al logro de un objetivo, pero hay uno elemento que en principio en la mayoría de los casos será ineludible y es que respetemos nuestros acuerdos, pues sin estos podríamos eventualmente no contar con el resto de los elementos y finalmente no lograr los objetivos.

Los resultados en los negocios en buena parte también dependen de mi capacidad para inspirar a otras personas a llegar a acuerdos y que estos sean cumplidos por ambas partes.

Nuestros sentimientos

El estado de compleción es probable se de cuando reconocemos los sentimientos que llevamos adentro. Si estamos atemorizados puede que sea bueno miremos fijamente al miedo hasta que descubramos si hay algo que podamos hacer al respecto. Si estamos tristes, hagamos una pausa para averiguar por qué perdida estamos haciendo duelo. Si estamos furiosos, busquemos el hecho que lo desencadenó o a nuestra propia rigidez interna que lo está reciclando. A veces no lo logramos y puede que sea bueno pedir ayuda.

También puede que no sea necesario actuar sobre todos nuestros sentimientos, pero estar en actitud de poderlos identificar cuando los estamos sintiendo podría ayudarnos. Conocernos, saber cuales son nuestros sentimientos, necesidades y motivaciones nos ayudará a caminar en un estado de contemplación interior.

En los negocios, en el trabajo y en general en cualquier cosa que implique un objetivo, los resultados dependerán de si puedo situarme fuera del juego de las culpas y las excusas y por el contrario dentro de la compleción y la impecable responsabilidad.

Una forma de auto-observarnos

Puede que una forma para medir como me siento con mi compleción sea observando cómo me siento en relación a todos mis mundos. Podría entonces preguntarme:

¿Estoy en armonía con mi mundo interior, mis sentimientos, mis deseos? ¿Lo estoy con mi esposa, con mis seres queridos, mi comunidad, mi país, mi dios, etc.? ¿Hay algo que estoy evitando afrontar, sentimientos inexplorados o metas insatisfechas? ¿He dicho a mis amigos, padres, hijos, esposa, colega, lo que dice mi corazón?

En cada swing de golf como con cada momento de la vida afrontamos similares opciones, o

Internarnos en los procesos hasta que alcancemos la compleción en forma impecable, o

Podemos intentar adelantarnos o saltar prematuramente.

Pareciera que los seres humanos nos sentimos bien o en paz cuando terminamos completamente los asuntos. Cuando no lo hacemos, de una u otra forma nos sentimos mal.

Si esto fuera así,

¿Por qué pareciera ser más frecuente no completar las cosas?

¿Por qué tendemos a olvidamos de hacer lo que dijimos?

¿Discutir temas pendientes?

¿Prometemos y no cumplimos?

¿Por qué entregamos y no recibimos el pago?


¿Será que los seres humanos tenemos miedo a concluir las cosas? ¿O será que en algunos dominios esto podría tener relación con el hecho de que terminar las cosas me obliga a hacerme cargo?

Y no hacerme cargo, ¿Tendrá algo que ver con?

-Hacerme responsable

-Crecer

-Temor a empezar algo nuevo

-Entre otros.

¿A cuántas cosas que nos hacen sufrir nos aferramos en lugar de completarlas y pasar a otro tema? ¿Que sería de nuestra vida si fuéramos cerrando capítulos en lugar de hacer de nuestra vida historias sin fin?

¿Será que vemos morir algo cuando uno completa? o ¿Será que vemos nacer algo cuando uno completa? ¿Qué sería mejor para mí? ¿Qué me dejaría realmente en paz?

¿Será que queremos tener tantas cosas pendientes así nos hacemos inmortales?

Sin embargo, todo indicaría que muchos de nosotros en lugar de estar en paz estamos de una u otra forma sufriendo cuando no completamos

Y, ¿Qué es sufrir? ¿Podríamos aceptar que es una interpretación del dolor, del reclamo, de la queja, de la insatisfacción que tenemos adentro nuestro y que nos picotea la cabeza? ¿Podrían a caso ser estas y otras cosas que no nos dejan en paz por más que hacemos esfuerzos para parecer que estamos bien? Pero, ¿Qué nos pasa cuando estamos solos con nosotros mismos?

¿Que hacemos por ejemplo con un conflicto familiar? Puede que algunos optemos por resolverlo en 10 minutos y otros estemos dispuestos a arrastrarlo 10 años o quizá toda la vida. ¿Cuántas situaciones así tenemos pendientes?

La compleción por lo tanto es ese primer secreto con el cual podría pegar un excelente golpe de golf, hacer buenos negocios y vivir una vida esplendida.

Segundo Secreto - LA LIVIANDAD

El segundo secreto ofrece conceptos y una técnica esencial que puestos en acción podría permitirnos disfrutar de un tranquilo y exitoso día de trabajo así como la posibilidad de una vida llena de buenos sentimientos.

Si bien existen varios recursos como para abordar este tema, en este caso haremos uso del columpio como un “vehículo” para que nos ayude a aproximar qué es lo que se quiere transmitir con el concepto de liviandad.

La mayoría de nosotros cuando chicos nos subimos a un columpio y también es probable que la mayoría asienta que era uno de los juegos preferidos.

Era divertido porque era fácil y el juego así jugado nos hacía sentir bien. Era desafiar a la gravedad a partir de un pequeño esfuerzo y que luego cada uno a su gusto daba mayor o menor balanceo para “volar” más alto o bajo. Cada uno elegía, y era muy fácil saberlo pues decíamos “empújame más”, “más despacio” o simplemente nos reíamos o llorábamos para avisar que las cosas estaban bien o mal. Habiendo logrado la sintonía de lo que cada uno necesitaba encontrábamos que columpiarse era divertido. Cuando habíamos logrado ese ritmo, ¿ A quién no le gustaba dar una suave pasada con sus pies en el piso cuando el columpio estaba en su punto mas bajo? Esa “tocadita” era lo suficientemente sutil para que no me hiciera perder velocidad y el ritmo.

Un swing completo es fácil y divertido y hace sentirse bien, con un pequeño contacto cuando rozo el césped. Desde la empuñadura del palo, “grip” hasta el movimiento, todo requiere un ritmo y equilibrio. El palo tiene que estar bien agarrado para que no se escape pero no tanto que impida hacer fácilmente el movimiento.

Tengo que asegurarme que mi cuerpo reconozca lo que estoy haciendo como un balanceo y no como un hachazo o un golpe cortante.

Este es en efecto el simple, pero a veces difícil de interpretar, mensaje del segundo secreto. En el golf esto es que el swing es un vaivén, no un golpe cortante, un hachazo ni un portazo. Es simplemente un columpio (concepto simplificado) con 3 elementos a ser verificados constantemente: que sea fácil, agradable y divertido. La coherencia se obtiene al lograr el “momentum” entre los 3.

En el golf una forma de ver esto podría ser hacerme la idea de que cuando le pego a la pelota es porque esta se interpone en el camino de mi swing.

Este segundo secreto puede parecer obvio pero podría darnos un interesante aporte.

“No te quedes tan atrapado en la finalidad de pegarle a la bola que te olvides que se trata de un balanceo”.

¿Por qué los swings de práctica por lo general son los mejores? Simplemente porque no pensamos en la pelota, sino en el movimiento.

Son muchas las veces que en la vida nosotros nos enfermamos por no saber cómo dominar este segundo secreto. Y esto por lo general sucede porque no sabemos mantener despierto nuestro cuerpo, eso de la sensación fácil, agradable, divertida, a lo largo de las distintas situaciones que se nos presentan a diario.

En el golf por ejemplo, una forma de ir corporalizando esto sería empezar por mecer el cuerpo lentamente, pasando el peso de una pierna a la otra haciendo la transición suave y fácilmente, tomar el palo suave pero firme, probar el cuerpo a distintas velocidades, apretar un poco el grip y aflojarlo hasta encontrar la sensación adecuada que me permita esa liviandad. Una buena forma será probar esto todas las veces que sea necesario hasta que el cuerpo diga. Si, esto es un balanceo. ¿Cuánto tiempo nos puede llevar? Eso dependerá de cada uno de nosotros y las barreras que tengamos que cruzar para poder corporalizar este proceso. Algunos de nosotros sólo a veces tenemos esa sensación y muchas otras no la podemos encontrar. ¿Dice esto algo de mí?

Lamentablemente somos muchos en el campo de golf que por no haber entendido este secreto no sacamos provecho del momento que estamos viviendo.

Como aprender a actuar desde la liviandad

Pero afortunadamente puede aprenderse rápidamente, más allá de que pueda requerir toda una vida para perfeccionarse.

3 preguntas que me permitirán verificar si estoy en el camino correcto son:

-¿Es sencillo?

-¿Me está produciendo una sensación de agrado?

-¿Es divertido?

Cada uno de nosotros seremos nuestro propio juez.

Una forma de aplicar la liviandad en la vida, el trabajo o los negocios

Comprender que el swing del golf es un balanceo y no un mazazo o golpe seco podría sernos una clave esencial para mejorar el golf, pero más importante es que este elemento podría convertirse en una útil herramienta para el éxito en la vida y en el trabajo.

¿Cómo puede ser que el hecho de saber que “un swing es un balanceo” nos pudiera ayudar con los negocios y la vida en general?

Ya mencionamos que el swing debería ser fácil, agradable y divertido. La vida y el trabajo pueden ser así también. Si la vida que estamos viviendo o las tareas que estamos realizando no las percibimos como sencillas, agradables y divertidas, probablemente debiéramos analizar con más detenimiento por qué no lo estamos consiguiendo.

Estar en el vaivén o balanceo de las cosas podría entonces interpretarse como moverse a lo largo de la vida al ritmo adecuado. Cuando no estamos en el ir y venir de las cosas, normalmente puede deberse a que nos estamos forzando demasiado o que no estamos involucrados en las tareas que estamos haciendo. ¿Puede entonces que nuestra atención esté en algún otro lugar?

Sería entonces conveniente en esos momentos recordar que “columpiarse debe ser agradable, fácil y divertido”. Cuando las cosas dejan de ser simples y divertidas podría ser que estamos forzando demasiado, o estamos yendo muy “rápido o intentando ir muy alto”. Podría por lo tanto ser tiempo de tomarlo con calma, hacer unas cuantas respiraciones profundas y volver al vaivén. Esto no significa que dejemos de desafiarnos pero puede que sea necesario que encontremos el balanceo necesario para no “morir” en el proceso.

En el golf si exijo mucho mi swing dejará de ser un balanceo y por lo tanto tendrá la forma de un guadañazo o un latigazo, cualquier cosa menos un swing.

Olvidando y recordando

Hay un swing aún “más grande” que a todos nos convendría tener presente. Así como el proceso de balanceo implica ir para atrás y luego para adelante, en la vida el olvidar y recordar es también parte del “juego”.

Para ello sería bueno que cada uno de nosotros busque las mejores formas para anclar la idea o ideas de que el “juego” en su totalidad debería como “regla” general ser libre, relajante y divertido. Dicho en otras palabras, el “gran swing” oscila entre perder la libertad, la relajación y la diversión, y luego recobrarlas.

En cualquier circunstancia tanto en la vida como en el golf uno podría preguntarse ¿Puede esto hacerse con mayor facilidad? ¿Podrá ser más divertido?

Es poco probable que siendo parte de una sociedad podamos vivir en una burbuja al margen de todo lo que pasa. En efecto, nos suceden cosas muchas de las cuales nos sacan de la “coherencia” lo que es resultado de la interpretación que damos a los hechos. Verificar esta situación es un buen punto de partida para intentar buscarla nuevamente y para ello convenga tengamos constantemente presente que tanto en golf, el trabajo o distintas cosas de la vida, olvidar y recordar son parte del “juego”.

En el golf está entre perderse y olvidarse qué el swing en su esencia es un balanceo.

En el trabajo a veces oscila entre perdernos en el estrés y los dramas y luego recordar que puede ser relajante, divertido y agradable.

En la vida podemos oscilar entre pasar buenos momentos y luego olvidarnos de pasarla bien.

Pareciera entonces que olvidar es tan natural como recordar y que no siempre estaremos en el acompasado vaivén de las cosas. En un momento estamos divirtiéndonos, balanceándonos por la vida con una corriente relajante, y de repente ¡Boing! por momentos nos sentimos incómodos, fuera de lugar, tontos. Y de golpe regresamos y volvemos al balanceo. Es la forma como se desarrolla el “juego”.

Transición

Este segundo secreto puede hacer “milagros” en el campo de las relaciones humanas tanto en el trabajo como en casa.

Por ejemplo, tanto los hombres como las mujeres oscilan entre poderosas necesidades de acercamiento e independencia, ese es el juego ese debería ser el balanceo. Según algunos psicólogos, nuestra vida está por lo general influenciada por oscilaciones entre nuestras necesidades de intimidad y necesidades de individualidad. Cuando estas dos necesidades están equilibradas, es probable que podamos disfrutar de nuestra intimidad con otros y de nuestra soledad con nosotros mismos. Sucede que a veces no percibimos el vaivén del péndulo prefiriendo ir sólo hacia un lado. De esta forma algunos de nosotros nos sumergimos en el mundo de la gente pasando por alto nuestra necesidad de desarrollo individual. Otros por lo contrario, esquivan la necesidad de estar con la gente y sólo persiguen objetivos individuales. Es altamente probable que cuando el “swing” se queda de un solo lado la vida pierda equilibrio y por lo tanto oportunidades para estar mejor.

Puede entonces que la liviandad ayude a que nuestras transiciones sean cada vez más fáciles y relajantes. Pareciera que si la vida misma fuera una oscilación entre pasarlo bien y no pasarlo bien lo importante sería no quedarnos atascados del lado de no pasarlo bien.

Es habitual que muchas veces nos “obliguemos” a atravesar momentos muy duros que tendrían algún sentido si de ello termináramos aprendiendo que depende de cada uno de nosotros inventar las formas de recuperar los buenos momentos cuando estamos atascados y no lo pasamos bien

En el golf es probable que oscile decena de veces entre estar dentro y fuera del swing. Un tiro lo haré con una armonía superlativa y al siguiente tiro irme fuera de la cancha olvidándome lo fácil que era el swing.

Y así funciona, oscilamos entre el fluir y el atasco, la diversión y el aburrimiento, la relajación y la tensión. La vida podría entonces verse como un vaivén y que como tal requiere me balancee tanto para adelante, como para atrás..

Ahora bien, si de ninguna forma logro encontrar el “swing” puede que sea necesario acusar recibo de ese mensaje que el cuerpo me esta enviando y convenga “colgar” los palos por ese día. Si el péndulo está atascado en la parte no divertida del balanceo puede que sea mejor irse a casa y regresar otro día. Si no la estoy pasando bien, a nadie le hago un favor quedándome en el campo.

¿Cómo son tus reglas?

Tanto para la vida como para los negocios no se ha encontrado aún regla escrita que diga que “la vida tiene que ser dura”. Es más, difícilmente se encuentre en una empresa norma alguna que diga “Si no estás sufriendo es que no estás trabajando”

Puede que algo positivo en lo que nos podríamos desafiar sea en pensar y actuar bajo la mirada bajo la cual “la vida y el trabajo consisten en divertirse, e invitar a quienes nos rodean a divertirse” y/o “que puedo ganar más dinero divirtiéndome que sufriendo”

Una forma de monitorear este proceso de alerta podría ser poner atención al fluir de mi energía. Si las cosas requieren mucha energía, lo cual en algunos casos puede ser motivo de adrenalina positiva, uno podría preguntarse ¿Es esto lo que debería estar haciendo?, ¿Es esto lo que quiero? Podría suceder como resultado de este planteo que descubramos que en varias áreas de nuestra vida hemos o estamos intentando “empujar la corriente del río” probablemente con muy exiguos resultados.

La mayoría de nosotros puede identificar con claridad algunas áreas donde estamos trabajando tiempo extra, o a la que le estamos dando tiempo mental extra con poco o ningún resultado positivo. Identificar algunas de esas áreas de lucha permitiría preguntarnos ¿Debo siquiera continuar con esa actividad o con “esto”?

Del análisis puede que surja un si o un no. Si obtienes un “no” habrá que evaluar como dejar del lado esa o esas actividades.

Si la respuesta fuera un “si” igual podría preguntarme ¿Puedo hacerlo con mayor facilidad?, ¿Puedo mantener la corriente de buenas sensaciones mientras lo hago? Y más audaz aún sería ¿Puedo divertirme haciéndolo?

Aprovechar la sensación de relajación y diversión podría convertirse en ser un buen mecanismo de respuesta para saber si estoy o no en el camino correcto.

Puede que suene hasta ridículo pensar que de ahora en más podría estar utilizando a la diversión y relajación, medido en mi cuerpo, como elementos claves para evaluar si las cosas van bien. A menos que tu creencia sea “hay que llegar a la cama al final del día destrozado por haber sufrido, estresado y ansioso”, intentar variantes para lograr lo contrario puede valga la pena, sobre todo si aún no has encontrado un esquema que funcione.

Relajación vía respiración profunda

Un elemento que se ha comprobado ayuda a bajar los niveles de ansiedad pasa por aprender a relajarnos a partir de la respiración profunda

Es comprobable que una de las formas más simples de estar dentro de la corriente a lo largo del día es situarse fuera de la respiración del tipo “huye o pelea”

La respiración “huye o pelea” significa que estamos respirando con el pecho, mientras que la respiración centrada significa estar respirando con el abdomen. Cuando respondemos al estrés poniéndonos ansiosos o furiosos nuestra respiración cambia al modo “huye o pelea” Es la respiración que se hace más superficial y rápida y sólo llega al pecho, pero con la particularidad que nuestros músculos en el abdomen también se tensan. Hay en esta materia cientos de estudios científicos a los cuales se podrá recurrir para profundizar en el tema.

Esto no puede decirse que esté bien o mal puesto que de hecho en muchas situaciones puede ser de mucha utilidad. El tema pasa por la interpretación que damos nosotros a lo que nos pasa y a las cuales en forma recurrente estaríamos mostrando una respiración de “huye o pelea”. Los resultados de no observar regularmente dónde estamos en esa respiración pude ser una señal que explique nuestro agotamiento o las muy distintas formas de enfermarse.

Cuando pasa algo en lo que nos vemos en riesgo, puede que para evitar estallar en lágrimas, enojarme, ponerme a la defensiva, mostrar debilidad entre otros, tendamos a retener la respiración.

En el caso de los golfistas como en todos aquellos que hacen deporte sería útil también tomar conciencia de lo que sería el balanceo de la respiración y este concepto tiene directa relación con el primer secreto que es el completar. La respiración tiene un balance que es inspirar y espirar. Ahora bien puede que sea útil observar y corporizar cómo estás haciendo funcionar ese balanceo.

Quienes practican regularmente deporte o hacen gimnasia habrán observado que para que el esfuerzo sea liviano cuando me preparo para el proceso respiro y cuando efectivamente ejerzo la fuerza expiro ya que es el momento en que doy a mi cuerpo la tensión necesaria para ejecutar el movimiento. En el golf podría ser más complejo apreciarlo, pero veamos el caso de un levantador de pesas. Es cuando levanta la pesa que exhala todo el aíre. ¿Qué pasa con el tenista? Es el momento en que golpea que exhala el aíre. Hoy en muchos jugadores esto es muy notable pues llegan a dar pequeños gritos.

Dado que todos somos un poco diferentes, te invito a que en tu deporte lo experimentes hasta encontrar el mejor momento para ti.

La respiración en el campo de la vida y le trabajo

Si juzgas que hay temas en los que quisieras vivir más liviano te recomendaría entonces que durante el día percibas de tanto en tanto el comportamiento de tu respiración cuando estás haciendo las cosas más importantes o más demandantes.

Intenta darte cuenta especialmente de cuándo contienes el aliento y cuando tu respiración llega únicamente al pecho. Esto podría ayudarte a identificar qué es lo que te asusta, te tensa o simplemente te saca de tu balanceo. De recurrentemente revisar este proceso puede que percibas, y por ello te asombres, la cantidad de veces que en tus distintas actividades tu respiración la estás manejando en la “frecuencia” de “huye o pelea”.

Pero de igual forma sería justo y muy saludable que también busques percibir cuando estás respirando profunda y totalmente pues podrías eventualmente verificar que cuando ello sucede son momentos en los que estás participando plenamente del flujo de la vida.

Es probable que hasta que no dominemos este esquivo estado, lo mejor que podríamos hacer es descubrir qué es lo que pone en marcha nuestro modo de respiración “huye o pelea” y regresar al centro del flujo de participación total tan a menudo como podamos.

Tercer Secreto - SOMOS NOSOTROS QUIENES LE DAMOS ACCIÓN Y SIGNIFICADO A LAS COSAS-

Este último secreto es probablemente el más importante de todos. ¿Por qué hacer esta odiosa comparación si hemos visto que los otros dos anteriores parecieran ser muy importantes? De hecho lo son, pero este tercer secreto tiene una dificultad y es que suena increíblemente simple y por lo tanto pudiera costarnos interpretarlo para hacerlo parte de un estilo de vida. El lugar predilecto donde habitualmente se esconde es nuestra programación mental.

Este secreto tiene consecuencias importantes en cada momento de nuestras vidas y si llegáramos a tener interés en verlo, trabajarlo, corporizarlo, existe la posibilidad de que cada uno de nosotros produzca interesantes cambios positivos en nuestra vida.

Volveremos entonces a utilizar al golf como un medio para graficar cuán relacionado está este deporte con la vida y te invito a que pongas atención a la siguiente información pues adentro de ella está la clave de este secreto

Cuando le pegas a la pelota, tu estás en movimiento la bola está totalmente quieta y así podría quedar eternamente si no eres tu el que busca moverla. Si va bien o mal es resultado de lo que tú hiciste y nada más. Donde quiera que vaya y cualquiera que sea el efecto que tenga, tu eres quien le puso el efecto y fuiste tu quien la envió a donde quiera que haya ido.

Algo parecido pasa en el trabajo, somos nosotros quienes le damos todo el tiempo significado a las cosas. En otras palabras, somos nosotros quienes lo cargamos con acción y significado

El golfista consciente mira la realidad y concluye: ¿Qué habré hecho para que haya ido a ese lugar? Sin tomar en cuenta mis deseos o expectativas, la bola aterrizo exactamente donde tenía que hacerlo. Es probable que el inconsciente diga o piense: Es inaceptable que la pelota esté donde aparentemente está. El universo físico está equivocado y debo castigarlo.

En ese sentido puede que si tuviéramos que elegir entre el universo y nosotros, sera mejor que respaldemos al universo.

Así en la vida, es probable que alguien nos haya querido enseñar que ésta es dura o bella, y es probable que ambas posturas estén equivocadas. La vida y sus circunstancias son esencialmente interpretaciones por lo tanto no podríamos decir que ni duras ni bellas, simplemente son lo que cada uno interpreta de ellas. La vida no es nada hasta que nosotros la interpretamos.

Interpretación y hechos

Si eventualmente crees que tu interpretación y los hechos son la misma cosa es probable que en varias situaciones te encuentres con algunos desafíos. Sino te invito a probar decirle a alguien que esté atravesando un mal momento que se calme, que la vida es bella, puede que tu nariz termine apuntando hacia otro lado.

A diferencia de otros deportes donde el objeto a ser impulsado está en movimiento y por lo tanto podrías argumentar un montón de excusas respecto al resultado de tu tiro, en el golf no le puedes echar la culpa a nadie más que a ti.

En un impresionante acto de simplicidad, un palo y una pelota, el golf puede otorgar la oportunidad de resolver los más grandes problemas que yacen en nuestra psique: La proyección. Entendiendo en este caso como proyección cuando apuntas a algo fuera de ti como el causante y responsable de algo que sucede dentro de ti.

Somos un proyector

Algunos seres humanos nos hemos perfeccionado en el arte de convertirnos en víctimas, y es probable que uno de los vehículos en los que nos basamos para hacerlo sea a través de la forma en como nos proyectamos.

Con un caso trataremos de ejemplificar.

Cuando vamos al cine nos sentamos en nuestra butaca y vemos hacia la pantalla. Sin embargo, si analizáramos concientemente lo que esta sucediendo podríamos observar que es el proyector es el que emite la película, y que el proyector está detrás nuestro a pesar de que la película está adelante nuestro. Esto muestra que la verdadera fuente de imagen está detrás nuestro y sin embargo llegamos a pensar que la historia que estamos viendo está frente a nosotros.

Puede que algunos se pregunten ¿Y? El hecho es que muchos de nosotros a veces olvidamos que somos la fuente, “el proyector” de cómo vemos al mundo.

Suele suceder que en las cosas de la vida, como observadores únicos y especiales que cada uno somos de los que nos rodea, lo que tendemos a hacer es proyectar nuestra interpretación a todo lo que experimentamos, y tendemos a no reconocer o simplemente olvidar que somos nosotros quienes estamos decidiendo la forma en la que vemos el mundo basado en nuestras necesidades y experiencias pasadas.

De igual forma, ¿No serán muchas las veces que no identificamos o simplemente nos olvidamos que somos nosotros quienes programamos la forma en que vemos a las otras personas? Pareciera que en la medida en que insistimos en nuestra proyección más nos convencemos que las otras personas y las cosas son de una determinada manera.

¿Cuántas veces escuchamos decir? “La vida es dura”, “no puedes confiar en la gente” etc. pero rara vez escucharemos decir: “He creado una vida dura para mi mismo” o “He confiado en algunas personas indiscriminadamente y me he sentido desilusionado

En algunos casos solemos tener algunos patrones repetitivos en nuestro funcionamiento que nos impiden modificar las limitaciones inconscientes auto-impuestas. Según el tipo de complejidad, estas podrían ser resueltas a través del poder de acción materia en la cual el coaching ontológico podría ser una útil herramienta para desbloquear. En algunos casos la situación podría requerir de la intervención de médicos o psicólogos.

Este es concretamente el tercer secreto. Somos nosotros los que estamos en movimiento. Somos nosotros los que accionamos o generamos la máquina paralizante que crea las limitaciones. Es imprescindible, si sinceramente queremos un cambio, que nos demos cuenta de esto para tener éxito y estar en paz con nosotros mismos.

La invitación es a que cada uno de nosotros considere no quedar simplemente a merced de la suerte sino a la de nuestra propia decisión.

A menudo es doloroso aceptar que estamos donde estamos debido a una sucesión de nuestras decisiones. Pero ese es probablemente uno de los pocos planteos que nos podemos hacer si efectivamente estamos en búsqueda de una evolución. No es que no tengamos problemas, no es que todo esté bien, es más, es probable que pienses que son muchas las cosas que están fuera de control. Ahora bien, ¿Qué hacemos con eso? Puede que luego de analizar e intentar sintetizar alternativas estas pudieran resumirse en 2 posibles opciones. O quedarme en la postura de víctima confiriendo todo mi poder al otro y donde mi accionar estará marcado por quejas y lástima, o ponerme en acción y recuperar todo aquello que este dentro de mi circulo de influencia.

En el golf, la culpa siempre es vulgar y fuera del lugar. No hay nadie a quien culpar, ni siquiera a nosotros mismos

En el golf como en las cuestiones de la vida no hay nadie a quien culpar. Siempre hay algo que aprender. De cada momento del golf, de cada momento de la vida, tenemos algo que aprender.

Por eso es que no existe bajo esta mirada algo que pueda definirse como mal golpe. No puedes hacer un mal golpe. Puedes golpear la pelota y pensar que fue un mal golpe pero ¿Quién le adjudica el concepto de bueno o malo?, ¿Qué nuevo puedo aprender?

Resulta entonces que sobre la base de lo que he hecho la bola siempre va exactamente adonde se supone que tiene que ir. El enojo viene porque suponemos que tenía que haber ido a otro lado, o teníamos la necesidad o expectativa que fuera en otra dirección.

El tercer secreto nos sugiere que a cada instante tenemos la oportunidad de mantener una relación con lo que sea que esté ocurriendo.

Nuestros mejores amigos a veces son los que nos señalan facticidades de una forma delicada, o fuerte, según la situación lo requiera. Por eso la “pelota” es tu mejor amiga pues en forma inmediata te dice que hay algo que estas haciendo o dejando de hacer para que esté yendo a uno u otro lugar.

Ilusiones y realidad

El tercer secreto nos libera de proyectar nuestras ilusiones a los hechos. Nos enseña reverencia por lo concreto y respeto por cómo son las cosas. Si le pego a la pelota y va al pasto alto, podré generar una conversación que aplicando este tercer secreto me deje en paz. De esta forma puede que piense para mi mismo, -mi cuerpo debe haber tenido la intención de enviarla a ese lugar- Mi intención consciente puede haber sido pegar un hermoso golpe, mi mente consciente puede no haber sido informada de la intención de enviar la bola a la zona de arbustos.

Los resultados, por lo general muestran cuáles eran mis verdaderas intenciones.

Es bueno entonces considerar que mis resultados pueden estar informando cuáles son mis intenciones y sería útil no desperdiciar estos momentos de aprendizaje para dejar de pensar “No tenía intención de hacer eso”.

Expectativas

Algunas de nuestras mayores decepciones suelen aparecer cuando proyectamos nuestras expectativas al presente. ¿Qué podría pasar si sistemáticamente vivo en el estado de mis expectativas? Muy simple, es altamente probable que cuando las cosas no suceden según ellas se descargue toda mi frustración.

En el golf la expectativas pueden quitarle toda la diversión al juego, es más podrían quitarle la diversión al día entero.

La expectativa no deja de ser nuestra propia interpretación de las cosas, y de la expectativa que estamos hablando en nada tiene que ver con actitud positiva o negativa.

Pongamos un ejemplo casero. Cuando alguien se me acerca para comentarme un problema, mi expectativa podría ser “tengo que arreglar este problema” En otras palabras yo estoy escuchando tengo que arreglar algo. Es como un filtro que coloco a mi escucha y ese filtro puede que esté alterando el mensaje que recibimos pues puede que la persona lo único que necesitaba era que lo escuchara pues se considera suficientemente apto para resolver su situación. Lamentablemente a veces llevamos esta expectativa a tal nivel que se termina generando un nuevo conflicto frente a la persona que comparte su inquietud que lo único que busca con sus palabras es ser escuchado.

Puede entonces sea conveniente nos preguntemos ¿Estoy filtrando mi escucha? o ¿Estoy filtrando mi escucha para culpar, refutar, criticar? Si eventualmente queremos algún cambio puede que valga la pena trabajar sobre este tema.

En general la mayoría de nuestras observaciones en lugar de contribuir atentan contra el objetivo. Si pasamos cada momento de nuestra vida en un estado de expectación, no estaremos realmente presentes en lo que esta sucediendo de verdad. En el golf, cuanta menos expectativa, mejor. Sólo importa el momento. Allí está la bola, reposando incansablemente hasta el momento en el que decida pegarle. Por otro lado, ahí está el swing, cargado con mi energía, personalidad de intención. Si yo al momento de pegarle me enfoco en mi expectativa me estoy olvidando del momento, de lo que tengo que hacer en ese indicado instante que simplemente es pegarle a la pelota.

Aplicando el tercer secreto a cuestiones de la vida, negocios o trabajo

Cuando estamos abiertos a aprender de cada situación, es probable que podamos movernos rápidamente a través de las dificultades. Todo indicaría que existe una relación entre la predisposición a aprender y el éxito.

Que distinto es esto respecto a aplicar nuestra intención a juzgar cada interacción. Ese tipo de intención requiere que estemos inspeccionando a cada momento y lo juzguemos como bueno o malo, justo o injusto, perfecto o no. Puede que dejar de lado ese tipo de intenciones nos ayude a mejorar las cosas.

No debería lo dicho interpretarse como una actitud a huir de los problemas o aceptar todo como está. El tema pasa por permanecer en una conversación que me induzca a la acción, si efectivamente así lo juzgo, o que de haber decidido no hacer nada, no quedar como víctima.

Es igualmente aportar una interpretación sobre lo que podría ser aprender. Y esta mirada aporta que aprender no consiste en juzgar, estar en lo cierto o confirmar mis sospechas. Aprender es descubrir, pero descubrir algo nuevo. No se trata de confirmar algo que ya conocía.

“Juzgadores”

Que bueno sería empezar a tomar nota de cuánto tiempo gastamos en juzgar cosas como buenas o malas, correctas o incorrectas, estúpidas o inteligentes, perfectas o no. A veces juzgamos más de lo que pensamos. Es más, a veces pensamos que somos personas tolerantes y flexibles y pudiera ser que debiéramos ser tildados de “juzgadores”. Puede que muchas veces nuestros juicios son tan sutiles que están encubiertos y no caigo en la cuenta de cómo esto afecta primero mis resultados y luego en la gente que me rodea.

Puede que si dejamos de ser críticos algún cambio se produzca en nuestros esquemas mentales y se abra una brecha que me puede llevar a ser una persona que pueda ser más exitosa, que esté en paz conmigo mismo, y pueda en ese proceso lograr divertirme.

4. CONCLUSION

Sintetizando la conexión de los 3 secretos. Vistos como 3 prácticas.

1) La primera brinda el enfoque necesario para mantenerme en la ruta todo el día.

2) La segunda suministra la corriente esencial. Tiene que ver con mi visión y misión. Tiene que ver con mi propósito. Es lo que me permite vivir en armonía, con sentimiento de energía dentro de mí.

Sin el enfoque, la corriente tiene poca utilidad en el mundo práctico. Cuando estoy en la corriente es probable que disfrute de un agradable sentimiento de energía y armonía. Es por ello que cuando estoy enfocado adecuadamente, y mi corriente teniendo un propósito y una dirección hacia donde ir puede aparecer la tercera práctica.

3) Esa tercera práctica es la que me enseña a lidiar con las inevitables sorpresas y cambios de cualquier día de mi vida, los negocios o vuelta de golf. Cuando sé como navegar por los cambios seguramente estaré preparado para mantenerme en el camino.

No hay comentarios: